lunes, agosto 15, 2011

Balanceos

Ocurre una vez en la vida que te sientas, miras al frente y solo puedes ver una silla de mimbre y una pared encalada. ¿En qué momento la viste o la verás?


De pequeño cursaba la EGB, en un sistema educacional moderno y progresista donde ya no había distinción por sexos y el castigo corporal estaba caduco. Por aquellos tiempos la música llegaba a mi por pocos caminos, principalmente mi padre era el que escuchaba discos y ponía la radio, primeros años ochenta donde las pequeñas mentes esponjadas tiran hacia donde les dicta la masa o, en menor medida, donde su joven oído les guia. A mi, como a casi cualquier otro niño, me gustaba lo que sonaba por la radio, lo que ponían en Rockopop, La bola de cristal o Tocata... también escuchaba de vez en cuando "los 40", una emisora que a todos nos hacía parecer pertenecientes a un grupo "de mayores", en el colegio había poco que decir de la música hasta que avanzas de curso y te das cuenta que empiezan a gustarte las chicas y que tienes que meter cabeza en algún grupo de amigos... entonces algunos más parece que se acercan a la música, ya sea por gusto, por necesidad de identidad o para hablarle a aquella niña que te gusta... el caso es que recuerdo canciones sueltas de grupos de la época, desde "El norte", "A-ha"... Alan Parson's project en casa de mis primos... U2 a todo trapo en casa de un vecino, Pet shop boys, Communards, Matt Bianco, Bangles, Loquillo, Toreros muertos... montones y montones de canciones que ya suenan antiguas y que lo único que hacen disfrutar en la mente son los recuerdos que evocan... Canciones asociadas por la química.

De pronto me ví en el instituto, no tuve la "suerte" de continuar en aquel que la mayoría de mis "amigos" siguieron sus pasos, ahora llegué a un lugar nuevo donde no conocía a nadie... un lugar por construir y amistades/perfiles por descubrir. En éstos nuevos tiempos apareció la música "rebelde" o, por decir algo, el "Apartheid musical", estoy hablando del metal en todo su abanico, desde speed-metal hasta el doom pasando por el trash... grupos que aguantaron por mi cabeza algunos meses, comenzando por Pantera, pasando por Deicide... y acabando por Metallica... no duraron demasiado y marcaron mis primeros pasos por el "tuto"... tampoco llenan mi mente ni traen recuerdos significativos a mi cabeza.
Una segunda parte del instituto es ya cuando encuentras más o menos tu sitio y tus colegas, donde la música toma un pulso importantísimo y se convierte en tema central de todas las reuniones de "Freaks de la música", aparecen grupos otrora desconocidos como los Pixies, Red Hot Chili Peppers, The Clash... a estos sí les otorgo gran importancia porque guardo gratos recuerdos asociados a sus "canciones", sin duda marcan de alguna manera la personalidad o las relaciones de mi persona.

Y llega la facultad, por suerte o por desgracia (nunca se sabe), logro mantener el contacto con la columna vertebral de los amigos, a los que se unen algunos más, presentes o virtuales, pero la música sigue manteniendo el pulso, tiempos de Radiohead, Sexy Sadie, Rancid, Punk, Suede ... festivales, música... todo sigue rondando los pentagramas de alguna u otra forma.

Al pasar los años, al tomar responsabilidades, cambiar de hábitos y, por qué no decirlo, modificar la vida, la música pasa cada vez más a un segundo plano, para acabar casi abandonada en un rincón dorado donde aguarda para, en ocasiones especiales que la vida te da, aparecer y recordarte lo que fuiste a través de sonidos y compases que me acompañarán hasta que mi memoria aguante.


Ahora hay mil radiofórmulas, myspaces, bootcamps, torrents, itunes y saturación multimedia por donde quiera que mire... muy fácil todo, pero a la vez que está más accesible, siento que está más lejos. El romanticismo de la música quedó cogiendo polvo bajo la caja registradora del Championship vinyl.

1 comentario:

Margarita dijo...

me ha encantado tu post..
pantera y metal? jooo eso si que no lo sabíaaa