Es de sobra conocido que la ciudad de Madrid ni me gusta ni me dice nada, creo que es una relación de odio recíproco que nos captura a los dos nada más poner pie en las estrellitas.
Ahora aqui me veo, en el aeropuerto de Heraclio Fournier, busco un comodín pero todo lo que encuentro es indiferencia y ego-hostilidad, básicamente lo que casi siempre atisbo por aqui. Por supuesto que hay muchisimas personas aqui que no son así, pero parecen embutirse en sus corazas capitalinas de displasencia. ¿Y qué? Pues eso digo yo.
Next stop: Amsterdammed, misterio en los canales.
P.D.: hoy no amaneció un buen dia, eh?
1 comentario:
feliz viajee
Publicar un comentario